Son ellos, en la intimidad de una habitación
de descanso, los cuadros a quienes mimo como compañeros de muchos
momentos, con la dificultad que para mi entraña traducir al papel
unos sentimientos. Mis conversaciones con las obras no pueden acontecer entre
algarabía, es preciso un tiempo, una prolongada mirada, y cada día,
segun mi sentir, asomarme a uno o a otro y seguir en la hora en que me encuentre.
Nostalgia por algo terminado, comienzo de inquietudes y promesas. Yo les
saludo, a veces paso indiferente, otras me enfado y les regaño, siempre
me responden con firmeza para que sienta una profunda satisfación.
Hoy son nuestra vida y voy a detenerme en cada uno de ellos, quiero incitar
a disfrutar.
Dra. Abad |