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Dos son las sensaciones primeras, la intensidad
de luz y el fresco del agua . De mirador a mirador, en mi lugar privilegiado, diviso un cielo para dos estancias allá en la montaña, un camino ganado a la naturaleza rodea las viviendas del campesino, y ahí , grandiosa la torre, rodeada de estanques donde el olor a nenúfar y magnolios embriaga el sonido del gorgoteo del agua. Algo silencioso debió escapar de este paraíso que los atrajo. Añadieron a su belleza, entre celosías y palmeras, un oasis de descanso. Cuantas veces he pensado despertar en un amanecer y bajar corriendo entre el agua a esperar que se acercaran los primeros rayos de sol. Estaría soñando como ahora. Silencio, escuchemos su música y embriaguémonos de su aroma. Dra.Abad |
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